por Andrés Ovalle |
El texto que aquí se presenta es sobre la respuesta artística que hizo Mario Ibarra PATÉ (1961) a la problemática de representar a Valparaíso, interpuesta por Justo Pator Mellado, director del Parque Cultural Valparaíso, para la exposición Pintura Latente, exhibida en este mismo espacio.
Para entender esta problemática, contextualizo la discusión sobre la pintura en Valparaíso y las imágenes de legitimización –o exportables- que se han difundido sobre el imaginario del territorio porteño desde la visión centralista y condicionada a formas turísticas que oscilan en lo folclórico. Esta discusión no es nueva en los espacios de reflexión estética y viene acompañada de una visión superficial de quienes visitan la ciudad y que hermanan estas imágenes con la chorrillana, los ascensores y la bohemia porteña, pero que en sí no se sustenta cuando hablamos de “arte en Valparaíso”. Pero mi intención no es caer en esta discusión, sino ponerla como punto de partida para descubrir aquello que se esconde tras las apariencias.
En conocimiento de estas premisas, encontramos en el territorio del borde una escena de creadores que jamás expondrían sus obras en galerías de Vitacura, y esto no es un resentimiento, sino una realidad pues sus obras exceden el gusto del mercado y cuestionan fisuras sociales y problemáticas que se alejan del conformismo, abriendo nuevas rutas hacia lo desconocido del arte como espacio de exploración estético y canalizador de nuevas ideas.
GENTILEZA ANDRES OVALLE/FUENTE: diariotreinta punto com
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