VIRGINIA MALUK |
CRISTIAN CASTILLO |
VÍCTOR MATURANA |
GLADYS FIGUEROA |
CHRISTIAN CARRILLO |
En Valparaíso: | |||
El boom del grabado porteño | |||
Texto, Jimena Silva Cubillos | Fotografías, José Luis Rissetti
POR UN TRABAJO EN
EQUIPO
Hace tiempo que
una casona señorial del barrio viñamarino de Recreo cambió de uso para ver
nacer obras de todo tipo de creadores. Allí, la grabadora y pintora Francisca
Agurto Vigneaux (56) acoge todos los martes a catorce grabadoras que, después
del 27F, ya no pueden trabajar en la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar.
"En Graphos no hay profesora; todas nos ayudamos e intercambiamos
ideas", dice esta artista con estudios de pedagogía en inglés y fanática
de la poesía, que optó por la formación autodidacta en el caso del grabado.
"He evitado academizarme mucho porque después es difícil zafarse de la
impronta de los maestros".
Una de las
integrantes de este grupo es Virginia Maluk Manzano (62), quien trabajaba como
fotógrafa de niños y pintora, pero desde hace nueve años se dedica a explorar
distintos tipos de grabado; hace xilografías y obras a partir de matrices de
aluminio o de tetra pack. "Éste es un oficio complejo, pero a mí me ha
permitido sentir libertad para desarrollar mi lado lúdico", dice esta artista
visual que además promueve la práctica del grabado no tóxico, es decir, sin
materiales y procedimientos contaminantes para el medio ambiente y dañinos para
la salud de los grabadores. "Ella es muy juguetona; parte con una técnica
y luego la combina con otras. Ése es uno de los aspectos que da sabor a su
obra", reconoce Víctor Maturana Leighton, uno de los dos curadores de la
exposición "Grabado Manifiesto".
UN MENSAJE CLARO
Y DIRECTO
A pesar de que a
Cristián Castillo Bascuñán (42) le apasiona hacer litografías, hace un buen
tiempo derivó en el grabado en metal, el dibujo y la xilografía, ya que no
cuenta con una prensa especial para ese tipo de impresión y le resultaba
difícil conseguir piedras litográficas. "Estaba tan pegado en eso que incluso
llegué a intervenir y abordar otros soportes como si fueran piedra", dice
este creador del cerro Placeres que cursó Dibujo Técnico en la Universidad
Federico Santa María y Licenciatura en Arte en la Escuela de Bellas Artes de
Valparaíso, institución en la cual hoy ejerce como profesor de grabado.
"Me asumo cien por ciento porteño, y por lo mismo mi trabajo está muy
influenciado por esta ciudad. Habla de sus 42 cerros, bicicletas, gente,
botellas, el reloj Turri y también toca el tema de la pesca porque desde niño
me dedico a esta actividad como hobbie".
A juicio del
segundo curador de la exposición, el pintor, bloguero y gestor cultural ArnoldoCarvajal Letelier, la obra de este grabador destaca por sobre la de otros de la
región por ser clara, precisa, directa. "Su destreza, bajo perfil y temple
lo hacen alejarse de un lenguaje transgresor, algo a lo que recurren varios de
sus pares, para mostrar un trabajo potente, sin tapujos ni adornos
superficiales".
LO MÁS ÍNTIMO DEL
ARTE
Historiadora
especializada en arte de la Universidad Católica de Valparaíso, con estudios de
grabado, pintura, colagraf y litografía entre otros tantos, Gladys Figueroa
Marchant (59) comenzó por estudiar Arquitectura, pero según cuenta tuvo que
dejar esa carrera por una discapacidad física. "Soy minusválida; tengo un
problema congénito en mis piernas y me cuesta mucho desplazarme de un lugar a
otro. Pronto me di cuenta de que para formarse como arquitecto en Valparaíso
necesariamente había que salir a recorrer sus calles y cerros, cosa que me
resulta muy difícil hacer".
En una de las
piezas de la casa que comparte con su madre, en el sector de Playa Ancha,
comenzó haciendo grabado al linóleo porque sentía que le faltaba hacer cosas
con las manos y porque para conseguir buenas impresiones no es necesario contar
con tórculo o prensa de grabado. "Es un material que se usa para revestir
pisos y muros, muy blando, dúctil y fácil de intervenir".
Luego descubrió
que también tenía habilidades para hacer xilografía y desde que se compró su
propia prensa se mueve entre ambas técnicas con total naturalidad. "Me
gusta trabajar la madera porque sus fibras me imponen un desafío
constante", comenta esta artista porteña que transforma a los objetos
domésticos en protagonistas de sus obras.
VISIÓN MUY CONTEMPORÁNEA
Acostumbrado a
romper con todo tipo de cánones, Víctor Maturana Leighton (53) cultiva con
comodidad distintas técnicas del grabado porque -según dice- todo depende de su
estado de ánimo. Sin embargo, hay una con la cual no comulga: la litografía.
"Porque a pesar de ser tan potente como expresión, es una técnica antigua
y como tal demasiado respetuosa de la tradición. No aporta nada; es rígida y a
mí me gusta experimentar siempre con el ensayo y el error", dice este
artista visual de Facultad de Arte y Tecnología de la Universidad de Chile que
valora la textura que imprimen los nudos de la madera a sus xilografías o la
calidad e intensidad de colorido que puede lograr con la linoleografía.
Éstas son sólo
dos de las técnicas que desarrolla en su taller ubicado en el barrio de Recreo,
en una propiedad que el obispado de Valparaíso pasó en comodato al liceo José
Cortés Brown, y cuyo director facilitó a Maturana un módulo porque piensa abrir
aquí un museo tipográfico que rescatará la historia y oficio de este arte en
Chile. Mientras investiga y recoleta piezas de sistema de impresión que han ido
quedando obsoletos, también ocupa este espacio como lugar de encuentro del
Centro de Grabado de la Región de Valparaíso, agrupación que además preside y
reúne a 27 grabadores locales.
GESTOR CULTURAL
Nacido en Peumo y
criado en Santiago, Christian Carrillo Cáceres (38) llegó a vivir a la V Región
hace veinte años. Primero se instaló en Viña del Mar junto a su familia y
cuando se casó, en 2006, se fue a Valparaíso. Sobre la vereda norte de calle
Urriola, justo en el límite del cerro Alegre, frente al Concepción, se
encuentra su casa. En una de las habitaciones del segundo piso implementó su
taller. "Hago xilografía, aguafuerte, grabado en metal y mucho collage,
pegoteo y técnica mixta con diversos materiales; óleo, acrílico, esmalte
sintético, tierra, arena, juguetes, cosas que recojo de la calle", dice
este artista de la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar que cursó los
diplomados de Intervención Familiar Transgeneracional y Gestión Cultural en la
Universidad Católica de Valparaíso. "Reconozco que éste es un espacio que
disfruto y me llena mucho, tanto como dar talleres de arte a niños de Antú, un
centro de intervención de la ONG Paicabí especializado en explotación sexual
comercial infantil y adolescente de la comuna de Valparaíso", cuenta este
artista que, apegado a la música de los '80 acostumbra crear obras marcadas por
lo político, lo popular y lo religioso.
Texto, Jimena
Silva Cubillos | Fotografías, José Luis Rissetti.
FUENTE :EL MERCURIO DE SANTIAGO,REVISTA VIVIENDA Y DECORACIÒN. |
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