(CLIC EN LAS IMÁGENES)
“Canto General”, obra de Pablo Neruda publicada en 1950 en México, en su edición original incluyó ilustraciones de los muralistas mexicanos Diego Rivera y David Alfaro Sequeiros. Estos datos reproducen el estilo de una “entrada” de diccionario. El texto nerudiano es semejante a una enciclopedia, también se le ha caracterizado como un poema épico en el que el poeta señala yo estoy aquí para contar la historia, al estilo de Homero. No sólo será la historia de los macro-relatos de los acontecimientos del continente que lo refunda en su mirada sino también la historia de su escritura. Obra producida en el fragor de la contingencia, como su exilio. Obra cuya arqueología es el distanciamiento del poema residenciario, del sujeto de la soledad por el encuentro con el colectivo: la entrada en la historia. Ésta es relatada por el poeta en la sonoridad polifónica de las voces de los acontecimientos que convoca y la espacialización en el recorrido por la geografía traducida en la imagen del mural.
De ahí la “entrada” arriba indicada. El imaginario ilustrativo del mural tradicionalmente ilustra una historia en un ejercicio de alfabetización para el espectador, para lo cual se modificaba la escala de la pintura de género en la que también se cuenta una historia, pero el cuadro está pensado para ser exhibido en el cubo de la galería o del museo. En tanto el mural se concibe como obra pública para ser dispuesto en el muro tanto de espacios cerrados como abiertos.
De las obras de Neruda, “Canto General” es la que más ha sido ilustrada mediante el sonido y las imágenes.
En la revisitación de la historia de “Canto General” se produce una analogía con su estructura compuesta de quince capítulos con la participación de quince artistas: ANDREA BEIZA, CLAUDIA CATALDO, ITALO CONTADOR, ALLAN CARROL, MANUEL DONGO, ISMAEL DÍAZ, FABIOLA GARRIDO, MARICEL GÓMEZ, ANDRÉS HERRERA, ALBERTO MARÍN, ÁLVARO MIRANDA, GUISELA MUNITA, RONALD SMITH, PAOLA VÁSQUEZ Y JOSELYN VILLARROEL. Ellos han seleccionado un poema de dicho texto que funciona como pretexto de una transposición en diferentes técnicas y soportes de obra bidimensional y tridimensional como pintura, grabado, fotografía y escultura.
Por cierto, en el concepto de ilustración de la edición original de “Canto General”, la relación de la imagen y la palabra funcionaba como “anclaje”: la imagen ilustraba el texto. En tanto, la transposición significa un “relevo” de dicha relación en que ambos componentes se independizan.
El modo como se puede ver y leer esta exposición en sus quince piezas —obras— es que arman una lectura de un mural considerado como un paisaje cultural en el que los poemas del poeta son traducidos en imágenes construidas manual y mecánicamente, inscritas en superficies con iconografías figurativas y abstractas de la que emergen personajes, territorios y acontecimientos, cuya composición funciona al modo de relatos incrustados. El espectador debe completar la diégesis teniendo en consideración la historia de “Canto General”.
ALBERTO MADRID LETELIER
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