¡Qué difícil es trabajar en equipo!
En la Galería Santa Fe se inauguró Inoxidable Neopop, un colectivo de artistas chilenos que extendieron la invitación a los artistas colombianos para que participaran en el proyecto.
Un buen trabajo en grupo es una de las cosas más difíciles de lograr; cuando se agrupan varias personas para llevar a cabo un proyecto, los ánimos, las buenas vibraciones y la disposición son los lazos fundamentales que tejen las relaciones humanas. Todos sin excepción, hemos gozado y sufrido los tiempos compartidos y por lo tanto podemos expresar al unísono "¡qué difícil es trabajar en equipo!". Sin embargo estamos conscientes de los beneficios que suponen las relaciones profesionales cuando están bien ejecutadas y cada cual asume sus responsabilidades y equivocaciones; pero ante todo lo más importante es el respeto que cada uno merece.
Ese respeto debe manifestarse no solo por la persona sino por su trabajo que en la actividad artística es la representación más importante del artista por encima de su misma presencia. En el proceso que antecede un objeto o hecho artístico y la experiencia posterior que surge de él, esta depositada una cantidad de planteamientos y reflexiones que merecen una observación respetuosa así los resultados sean o no afortunados.
La naturaleza de un trabajo colectivo es la cohabitación de las propuestas participantes, luego el trabajo individual (o individualista) no tiene sentido. Cuando se trata de una exposición que por convocatoria agrupa determinado número de participantes puede suponerse el diálogo de los trabajos mas no necesariamente de los artistas, en cambio un colectivo debe ser la máxima expresión del trabajo en equipo.
Inoxidable Neopop es un colectivo que comenzó con menos de cinco artistas quienes le extendieron la invitación a otros para que colaboraran en un proyecto que en su última etapa, Bogotá, contó con la participación de 35 artistas extranjeros y colombianos. La exposición que se presenta actualmente en la Galería Santa Fe se interesa claramente por la cultura popular pero creo que, más allá de una intención categórica, se trata de la cohabitación de varios trabajos en un mismo espacio sin individualizaciones ni autorías (no hay fichas técnicas ni una propuesta curatorial convencional) sino gestos particulares modulados al servicio de un todo.
El pop, sugerido en el nombre del colectivo, se reduce a un pretexto de algo mucho más interesante: las experiencias de un tiempo de intercambios culturales entre los artistas chilenos y colombianos, la fundación de relaciones entre ellos y las experiencias en la praxis artística contemporánea que necesariamente transforman y cargan de nuevas lecturas las decisiones iniciales del proyecto.
Una exposición que cuenta con un número tan alto de artistas no puede ignorar que el intercambio "crítico" hace parte también de la experiencia como aporte intangible. Esta reflexión no se le debe exclusivamente al colectivo Inoxidable Neopop, solo que parece oportuno señalarla luego de ver todos estos artistas construyendo un espacio y tiempo dedicado a la experiencia colectiva y trabajando en el montaje de una muestra que un público estaba esperando ver. Creo difícil que ese ánimo no esté presente en todas las muestras, y por qué no, en cada aspecto de la vida humana que supone un reto personal y colectivo.
Por eso mismo es pertinente reflexionar ahora, la importancia del intercambio de apreciaciones y opiniones entre compañeros, por no usar la terminología habitual de crítica que tanto nos asusta, después de todo el trabajo colectivo no se limita a la participación de unas "cosas" bajo el mismo techo o nombre, ni al trabajo simultáneo de clavar, colgar, poner, pintar. También hace parte del trabajo colectivo la reflexión, comprensión y comunicación que cada vez falta más entre las personas.
La crítica no es sinónimo de criticadera como hemos llegado a creerla. Por lo tanto es hora de comenzar a hacer ejercicios de comunicación que signifiquen la valoración y colaboración entre compañeros. Por que nada más difícil que oír críticas pero nada más admirable que la recepción respetuosa de las palabras del otro y ni que decir de la aceptación de los puntos frágiles que no habíamos notado hasta la oportuna "intromisión" del otro.
Nada más difícil que hacer una buena crítica pero nada más admirable que las palabras generosas y educadas de alguien que siente relevante sus palabras para el trabajo del otro y aún más meritorio es la valoración de esas observaciones cuando nos hacen notar lo que no veíamos. No es tanto aprender a hablar y oír sino dar y recibir en un marco de respeto entre las partes… es aún más complicado que el trabajo en equipo porque es una relación multilateral de compromiso que sin duda nos ayudaría a construir una práctica artística más sana y coherente.
En la Galería Santa Fe se inauguró Inoxidable Neopop, un colectivo de artistas chilenos que extendieron la invitación a los artistas colombianos para que participaran en el proyecto.
Un buen trabajo en grupo es una de las cosas más difíciles de lograr; cuando se agrupan varias personas para llevar a cabo un proyecto, los ánimos, las buenas vibraciones y la disposición son los lazos fundamentales que tejen las relaciones humanas. Todos sin excepción, hemos gozado y sufrido los tiempos compartidos y por lo tanto podemos expresar al unísono "¡qué difícil es trabajar en equipo!". Sin embargo estamos conscientes de los beneficios que suponen las relaciones profesionales cuando están bien ejecutadas y cada cual asume sus responsabilidades y equivocaciones; pero ante todo lo más importante es el respeto que cada uno merece.
Ese respeto debe manifestarse no solo por la persona sino por su trabajo que en la actividad artística es la representación más importante del artista por encima de su misma presencia. En el proceso que antecede un objeto o hecho artístico y la experiencia posterior que surge de él, esta depositada una cantidad de planteamientos y reflexiones que merecen una observación respetuosa así los resultados sean o no afortunados.
La naturaleza de un trabajo colectivo es la cohabitación de las propuestas participantes, luego el trabajo individual (o individualista) no tiene sentido. Cuando se trata de una exposición que por convocatoria agrupa determinado número de participantes puede suponerse el diálogo de los trabajos mas no necesariamente de los artistas, en cambio un colectivo debe ser la máxima expresión del trabajo en equipo.
Inoxidable Neopop es un colectivo que comenzó con menos de cinco artistas quienes le extendieron la invitación a otros para que colaboraran en un proyecto que en su última etapa, Bogotá, contó con la participación de 35 artistas extranjeros y colombianos. La exposición que se presenta actualmente en la Galería Santa Fe se interesa claramente por la cultura popular pero creo que, más allá de una intención categórica, se trata de la cohabitación de varios trabajos en un mismo espacio sin individualizaciones ni autorías (no hay fichas técnicas ni una propuesta curatorial convencional) sino gestos particulares modulados al servicio de un todo.
El pop, sugerido en el nombre del colectivo, se reduce a un pretexto de algo mucho más interesante: las experiencias de un tiempo de intercambios culturales entre los artistas chilenos y colombianos, la fundación de relaciones entre ellos y las experiencias en la praxis artística contemporánea que necesariamente transforman y cargan de nuevas lecturas las decisiones iniciales del proyecto.
Una exposición que cuenta con un número tan alto de artistas no puede ignorar que el intercambio "crítico" hace parte también de la experiencia como aporte intangible. Esta reflexión no se le debe exclusivamente al colectivo Inoxidable Neopop, solo que parece oportuno señalarla luego de ver todos estos artistas construyendo un espacio y tiempo dedicado a la experiencia colectiva y trabajando en el montaje de una muestra que un público estaba esperando ver. Creo difícil que ese ánimo no esté presente en todas las muestras, y por qué no, en cada aspecto de la vida humana que supone un reto personal y colectivo.
Por eso mismo es pertinente reflexionar ahora, la importancia del intercambio de apreciaciones y opiniones entre compañeros, por no usar la terminología habitual de crítica que tanto nos asusta, después de todo el trabajo colectivo no se limita a la participación de unas "cosas" bajo el mismo techo o nombre, ni al trabajo simultáneo de clavar, colgar, poner, pintar. También hace parte del trabajo colectivo la reflexión, comprensión y comunicación que cada vez falta más entre las personas.
La crítica no es sinónimo de criticadera como hemos llegado a creerla. Por lo tanto es hora de comenzar a hacer ejercicios de comunicación que signifiquen la valoración y colaboración entre compañeros. Por que nada más difícil que oír críticas pero nada más admirable que la recepción respetuosa de las palabras del otro y ni que decir de la aceptación de los puntos frágiles que no habíamos notado hasta la oportuna "intromisión" del otro.
Nada más difícil que hacer una buena crítica pero nada más admirable que las palabras generosas y educadas de alguien que siente relevante sus palabras para el trabajo del otro y aún más meritorio es la valoración de esas observaciones cuando nos hacen notar lo que no veíamos. No es tanto aprender a hablar y oír sino dar y recibir en un marco de respeto entre las partes… es aún más complicado que el trabajo en equipo porque es una relación multilateral de compromiso que sin duda nos ayudaría a construir una práctica artística más sana y coherente.
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