Mirar Valparaíso desde mi casa

Valparaíso, marzo 22 de 2007



Señor
Director Radio Congreso
Presente


Estimado señor :

Después de saludarlo muy cordialmente, paso a explicar el motivo de esta carta.
Soy un ciudadano chileno de 31 años de edad, nacido y criado en este hermoso puerto, pero antes que todo soy placerino, Mi familia reside en el cerro Los Placeres desde hace ya más de 80 años, muchas generaciones han sido criadas en este suelo. Hemos sido partícipes de todas las actividades de nuestra comunidad y así como muchos de nuestros vecinos nos sentimos fundadores de las raíces de nuestro cerro.
Vivimos los días de gloria de Los Placeres y aportamos desde el alma en las actividades que nos hicieron famosos como el magnífico “Mes Placerino” o el conocido internacionalmente “Vía Crucis” que fue pionero en su género. Debido a lo anterior y a mucho más, somos personas arraigadas al suelo que nuestros abuelos compraron con tanto esfuerzo.
Pero hoy día veo con desazón y amargura cómo nuestro cerro está siendo invadido por colosales atalayas de cemento, edificios que han despojado a nuestros vecinos hasta del derecho fundamental del calor del sol en sus casas y para qué decir lo que esto afecta a nuestras casas-mirador, privilegiadas con la vista hacia nuestra bahía a la que todo porteño tiene derecho desde que nace.
Mirar Valparaíso desde mi casa es uno de los regalos más grandes que Dios me pudo dar, pero del cual lamentablemente podríamos ser despojados por mercaderes inescrupulosos que sólo ven la conveniencia personal y que para ellos apilar gente en edificios es un mero trámite monetario.
Tal vez nuestro cerro no haya sido considerado como patrimonio de la humanidad, talvez seamos un cerro joven comparado con otros, talvez no tengamos las hermosas casas antiguas con las que cuentan otros cerros del majestuoso Valparaíso, pero somos el primer cerro nombrado en el himno popular “La joya del Pacífico” de nuestro Gitano Rodríguez. Tenemos nuestra imponente universidad Federico Santa María, desde cuyas aulas han salido grandes hombres, tenemos también el monumento a Diego Portales que marca el sitio histórico donde fue asesinado y lo más importante de todo es que tenemos un gran amor cívico de barrios, vivimos en un cerro de barrios donde nuestros abuelos, padres e hijos se han criado junto a los de nuestros vecinos.
Podría seguir mencionando muchas cosas hermosas de mi cerro, pero ahora hago un llamado a las autoridades correspondientes para que, de una vez por todas, hagan algo por el vecino que desea vivir tranquilo en su barrio, que no quiere que cualquier día le planten un edificio al lado, que vive atemorizado de que le quiten el derecho a vista con el que siempre vivió y que es un derecho de todo porteño. Que no se queden indiferentes ante estas empresas que de a poco van cambiando la cara de este bello puerto tan característico para nosotros y para los visitantes extranjeros que se sienten atraídos por los colores de sus casitas, por las formas de sus callejuelas que todavía guardan los sonidos del pasado y por todo lo que dicen las canciones dedicadas a este puerto. No podemos aceptar que sigan erigiendo grandes moles de cemento sin sentido. Y ya que tanto nos gusta imitar, tomemos el ejemplo de nuestra gemela ciudad de San Francisco en Estados Unidos donde existe la prohibición de levantar edificios en los cerros con el fin de mantener su estructura característica.
Deseo de todo corazón que esta carta se haga pública y mi sueño es tocar la conciencia de las personas que tienen en sus manos el poder para que no se siga “modernizando” de mala manera a este puerto, a costa de la gente humilde que amamos a Valparaíso tal cuál lo conocimos en nuestra niñez.
Se despide de usted un porteño de tomo y lomo,



CARLOS ILABACA CERDA
Cineasta Porteño
RUT 13.019.096-0

c.c. Sr. Máximo Silva - Concejal