
Gentileza de : Francesca Bellini Joseph
Creada y dedicada a difundir actividades de Arte y Cultura en la Región de Valparaíso,Chile, para Latinoamerica y/o otras latitudes. Acontecimientos e informaciones artísticos-culturales. !es lo mejor¡.
Salón Regional de Artistas Zona Centro, Bogotá Colombia
Transmisiones: Ni es lo mismo, ni es igual.
Para visitar el proyecto entre a la página www.transmisiones.org
La curaduría propuesta por María Clara Bernal, Fernando Escobar y Andrés Gaitán hace parte del 12 Salón Regional de Artistas - Zona Centro, enunciado bajo el marco "Así nos vemos"
EL Nuevo Siglo estuvo con Fernando Escobar (uno de los curadores del proyecto), conversando un poco sobre historia para poder comprender un poco las coyunturas que hicieron del sonido una posibilidad artística, también sobre el génesis y características de "Transmisiones" y su relación con las políticas culturales oficiales.
Francesca Bellini Joseph: ¿Cuáles fueron las condiciones históricas que hicieron posible que otros formatos menos habituales se incluyeran en la práctica artística?
Fernando Escobar: Coincide con el fin de
A partir de ese momento, todo el campo cultural se alteró para siempre. Si bien antes la pregunta que se hacía sobre la relación del arte con el mundo, la pintura por ejemplo, quedaba reducida a que denunciaba y que la pasión o espontaneidad que supuestamente la definía, no salía del marco de la pintura, ni del museo o de la casa del coleccionista.
A finales de los cincuentas, Allan Kaprow que es una persona clave en el nacimiento del performance y el arte conceptual, escribe un texto en Artforum diciendo que los artistas en el momento eran una consecuencia de Pollock quien fuera el último romántico; muchos autores coinciden en señalar que con su muerte en el 56 realmente comienza el siglo XX.
En el año 59, Kaprow hace unos ambientes con llantas, plásticos y cajas, empleando según él, la misma estrategia de Pollock pero sin llevar pasiones o tensiones a la pintura y dejarlas ahí sino expandir el arte para que realmente tuviera algo que ver con la vida y la gente común.
FBJ: ¿Cuándo comienza a ser considerado específicamente el sonido como posibilidad artística?
F.E: Los Futuristas habían encontrado en el sonido una materia plástica como podía ser un poco de óleo o un trozo de mármol y por medio del cual se podía explorar algo que también genera sensaciones, estados de ánimo y que puede comunicar. Pero estaba muy ligado a la propaganda y buena parte de los futuristas terminaron haciéndole la tarea a Mussolini.
El Neo Dada, de donde sale Fluxus, aparece porque son cosas tecnológicas de la cultura que están ahí: ¿qué pasa si no utilizo el radio para lo que esta hecho? ¿Qué tal si lo acerco a una fuente imantada? ¿Qué tal si lo pongo debajo de la mesa? Y ¿si lo meto en el arpa de un piano y le pego con un martillo? Empiezan a ser elementos que dice unas cosas por otras.
Pensemos en los POP británicos y los norteamericanos que hacían una especie de apología a lo popular que para ellos esta ligado al consumo masivo. Se afirma una forma de vida a partir del consumo. En esa medida, la esfera cultural se expande porque llega el punto en que hay un televisor en el cuarto, un equipo de sonido, radio, discos, etc. Cuando empieza a haber una serie de usos ciudadanos, la posibilidad critica de ese asunto se comienza a reducir porque hay una cantidad de información en manos de la gente pero ¿cómo hago para mirarla críticamente? y ¿cómo hago para no celebrarla? Eso era un poco lo que hacía Andy Warhol.
FBJ: ¿Cuáles son las apuestas detrás de una curaduría sonora? ¿Qué tipo de experiencias estéticas propone, qué otros usos del lenguaje artístico se emplean, qué dimensiones explorar?
F.E: Quisimos conformar OCNIS: Objetos Culturales No Identificados. Con la constitución del 91 los colombianos ganamos hipotéticamente una serie de derechos y garantías civiles que habían sido inéditas. Desde que las mujeres ganaron el voto con Rojas Pinilla no se había tenido noticia en apariencia de algo tan grande como la inclusión de minorías como indígenas, negritudes, diversidades sexuales, etc. Hay una cantidad de prácticas que entraron de la mano con eso y que han venido dialogando con prácticas hegemónicas; eso se ha visto reflejado en el Salón Nacional.
"Radio Sutatenza" del Cura Salcedo fue un proyecto que nos agarró. Fue uno de los proyectos culturales más poderosos del país que afectó a toda América Latina e incluso ahí se formaron líderes campesinos de toda la región. Era un cura que, al suroriente de Boyacá, le pasaba cartillas a los campesinos sobre el control de natalidad, educación sexual, cómo educar a lo hijos, etc. Esa zona es muy conservadora en términos de partido pero en prácticas, con este ejemplo, es claramente liberal.
Lo que estamos haciendo es una articulación de productos culturales y empleando medios de comunicación masiva para que circule en vez de usar los mismos espacios de circulación de arte que sirvan como cajas de resonancia.
FBJ: La siguiente es una observación que quisiera conversarla. Lo fundamental de la era Traba fue estigmatizar el arte localista que venían desarrollando los artistas de las primeras décadas del siglo XX y abrazar una noción internacionalista que significara la llegada de la modernidad al arte colombiano. Esa "censura" quedó completamente grabada en el pensamiento artístico aunque sigue teniendo sus claras manifestaciones.
En esa medida, el proyecto de Manuel Romero y Eduardo Martínez o incluso el de Humberto Junca que tiene que ver con el campo colombiano, las tradiciones, el folclore, la recuperación del patrimonio, etc. ¿hasta qué punto no es arte costumbrista de los treinta en formato contemporáneo?
FE: Esa pregunta me hace pensar lo siguiente; parecería que si pero no, porque la práctica artística siempre ha sido una producción hegemónica. Es decir, hay un canon que se tiene que reproducir; si te equivocas en el plano de color para hacer una Naturaleza Muerta esta mal hecha, no es pintura, no es bodegón. Es una representación que se hace desde el arte para el arte afirmando una serie de valores y nombres de un lenguaje especifico, especializado y excluyente. Siempre hay una relación unidireccional y estratificada del artista que representa el mundo.
Aquí, en cambio, hay un artista trabajando hombro a hombro con otro productor cultural que entran en franca articulación, empleando un medio que no es artístico.
FBJ: ¿Es decir que no es costumbrista en la medida que no se habla de una categoría artística?
FE: Exactamente. Aquí entramos con una serie de saberes, supuestos, prácticas y experiencias que históricamente ha producido la práctica artística con una cantidad de experiencias y saberes sociales que ha producido otro tipo de práctica cultural. En su encuentro producen algo que no es lo uno o lo otro, y que circulan por una tercera vía que es un medio de comunicación, por eso es un OCNI. No entra al museo a exponerse como arte, objeto puramente etnográfico o popular sino que entra como artefacto de comunicación.
FBJ: Sin embargo no deja de ser un tema de costumbres, tradiciones orales, herencia rural…
FE: Claro, pero el asunto no es ganarlos para el establecimiento sino reconocer en ellos la legitimidad y el derecho a ser distintos. La diferencia sería cómo se moviliza de otra manera todos los recursos que hay de tipo institucional, ideológico, político, económico, humano, entes públicos, etc.
FBJ: Lo siguiente es un fragmento sacado de la página de Colombia es Pasión a la que se puede acceder desde la página del Ministerio de Cultura: "Colombia Es Pasión, pretende unificar todos los esfuerzos que estamos haciendo los colombianos en todos los campos, para obtener resultados tangibles en el campo económico, de construcción de nación, de cambio de actitudes y de generar unidad. Para un país tener una marca propia significa poseer una identidad, un nombre y una reputación".
Desde la noción "Así nos vemos" que propone el Ministerio de Cultura para este Salón ¿hasta qué punto estas propuestas no están sirviendo, consciente o inconscientemente, a fines patriotas de las políticas oficiales? ¿No se convierte en otra herramienta de propaganda del Estado para la construcción de su Marca País basándose precisamente en ideas como la identidad y lo local?
FE: Me sorprende la presencia de esa Marca País, sobre todo asociada a la premisa "Así Nos Vemos" de estos Salones Regionales, posibles gracias a una beca de investigación curatorial del Ministerio de Cultura. Debo decir que en su convocatoria, que se hizo el año pasado, jamás se hace alusión a semejante "pasión".
Con las cosas así, todo me hace pensar en una maniobra un tanto acomodada que apunta a instrumentalizar cierta forma de producción y reflexión de pensamiento, que queda aplastado por ese tono patriotero que reduce "lo nacional" a una fórmula de fácil apropiación y reproducción, repleta de estereotipos de rápida digestión como banderas tricolor, sombreros vueltiaos y camisetas blancas de la paz.
Basta leer la afirmación que aparece en su página: "(la imagen país -Colombia es Pasión- nace) para facilitar la participación de Colombia en los mercados internacionales, se debía diseñar una estrategia para mostrar una Colombia llena de oportunidades, cualidades y modernidad, surge Imagen País, un programa cuyo objetivo es llevar esa concepción nueva del país al mundo". Me pregunto, ¿cuáles son esas oportunidades reales y no retóricas en manos de todos y todas?, ¿sólo caben las cualidades que romantizan lo campesino, lo rural, lo artístico para venderlo en el mercado internacional?, y ¿a qué tipo de modernidad se refieren?, ¿a la que definitivamente no llegó a estas tierras de manera democrática y que es hoy la base del conflicto en el que está sumergido el país, o en verdad, a una modernidad situada, limitada y particular, lejana de los modelos internacionales impuestos que han fracasado uno tras otro?
En fin, toda esta situación me parece delicada y me parece peligroso –pero no novedoso- ese vínculo entre propaganda y producción de pensamiento artístico, que ha arrojado ejemplos patéticos y dramáticos, como toda la producción alemana puesta al servicio del nacional socialismo que ya sabemos cómo terminó.
Aunque es un riesgo que está ahí, no dejo de sentirme un poco defraudado de que hayamos quedado metidos sin más, ingenuamente, bajo esta propaganda de "Colombia es Pasión", porque de haber sido más evidente nos la hubiéramos jugado de otra manera. Sin embargo, creo que aún no es tarde. Es un lío, pero hay que contar siempre con eso. Es para estar alerta siempre.
Premio Botero: Inflado hasta el punto de explotar
Se hizo publico el ganador del cuarto Premio Fernando Botero que recibe cien millones de pesos, el valor más alto que tiene un premio en Colombia que nada tiene que ver con ser el máximo reconocimiento que un artista colombiano puede recibir
El Salón Botero pretende que lo veamos como un evento serio de las artes plásticas cuando no es otra cosa que un estimulante pro-menesteroso. A quién quiere engañar este concurso que en su cuarta versión ha pasado sin pena ni gloria, no ha dejado ningún aporte en términos artísticos y menos ha sido determinante o significativo dentro de lo que podríamos entender como un desarrollo de la práctica contemporánea nacional. Se escuda en un supuesto direccionamiento claro y legítimo desconociendo o desvalorando lo que debería ser su participación en el engranaje cultural como si su existencia no necesitara de correspondencias. Lo que supondría ser su sentido debería ofrecer mucho más que un premio gordo que por lo menos es consecuente con su procedencia.
Pues si; los cien millones de pesos serán el motivo por el cual los artistas participan en un salón cada vez más desprestigiado, cuyos ganadores mantienen, a pesar de todo, la ilusión de irrumpir en la escena contemporánea nacional aunque estos años hayan demostrado que entre los ganadores del Premio Botero y los Protagonistas de Novela poco o nada de diferencia hay; interpretan un rol secundario (que es todo lo que le ofrecen al ganador) y luego desaparecen de la escena tan rápido como llegaron.
El Premio Botero es un reflejo de lo más habitual que ocurre en Colombia y que es presentar las cosas como no son en realidad sino cómo se ven bien en el primer vistazo; claro, así aseguran reflexiones precipitadas que conlleven a una imagen ficticia de un buen evento artístico, con su gran nombre, su celebre junta directiva, sus buenas relaciones diplomáticas (en esta oportunidad con
Todo en el Premio Botero es exagerado y pretencioso y así tiene que ser con el fin de ocultar o disfrazar el hecho de que en cuanto a arte no tiene nada que ofrecer porque es un salón débil, a destiempo y frívolo. Se jacta de su nombre cuando Botero es un artista que no ha influenciado nada ni a nadie en el arte contemporáneo porque entre otras, el maestro colombiano ha hecho explicito en más de una oportunidad que le desagrada el arte contemporáneo pero igual ¿apoya y bautiza con su nombre un evento de tal corte? Incongruencia total.
Además, a la obra ganadora la marcan con el sello de Botero que no es mas que una valoración tramposa y falsa que excluye por completo su valor artístico que siempre deja mucho que decir; por eso es que hay que ver con mayor atención lo que ES y no lo que pretende ser este concurso, de lo contrario la caída en la trampa es inevitable porque la movida semántica es concebida para que el máximo precio que se le pone a un premio en Colombia quede interpretado en términos de "Máximo Reconocimiento que recibe un artista en Colombia". La diferencia entre la cantidad y la calidad es absoluta y sin embargo la asimilación entre las dos categorías es total.
Como el extranjerismo, el culto al superlativo es otro abuso célebre en la identidad nacional que corresponde sin dudarlo a un complejo de inferioridad y de lo que también es reflejo el Premio Botero. Pero más allá de cómo se plantee el premio desde sus directivas resultan más aturdidores los argumentos que tiene un artista para participar en el premio y que como justificación primera es paupérrima; "la platica" que además es un desprecio e irrespeto a su propia obra y como proposición, de parte del evento, es un chantaje. Continúa el próximo Jueves
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Premio Botero II
Los demonios son ángeles caídos del cielo
Este mes se ha elegido la obra ganadora del premio Fernando Botero que realiza
Por Francesca Bellini Joseph
Sobre un fondo blanco, una mujer vestida de negro bendice e invoca consideraciones en nombre de Jesucristo. A continuación inicia un "exorcismo" que tiene como finalidad expulsar los "demonios" del arte; éste es el contenido del video "Desapariciones Forzadas" de Jhon Aguasaco, ganador del Premio Botero.
Para comenzar, unas pocas anotaciones sobre el "Arte Inmoral" del último siglo y medio. En 1863, Le Déjeuner sur l' herbe, de Edouard Manet fue considerada inmoral. Once años después el crítico Louis Leroy la identificó como incitadora de la revolución moderna y menospreció las obras que tenían algo de su influencia; la anécdota más conocida es sobre Impresión Sol Naciente, el cuadro de Claude Monet del cual nació el nombre Impresionismo.
Durante
En 1964 se organizó en Nueva York una Feria Mundial que tuvo como objetivo revalidar la importancia de la ciudad como epicentro de la vanguardia artística internacional. Se le pidió a Andy Warhol realizar una obra para la inauguración. Se trataba de Thirteen Most Wanted Men, un mural que contenía las imágenes de los criminales más buscados según un catálogo del Departamento de Policía. La obra fue retirada porque se consideró inmoral.
Segunda parte, notas sobre "cualquierismo".
Luego del rechazo de
Dice Jhon Aguasaco que el arte contemporáneo le da estatus de obra a "cualquier" cosa que hace "cualquiera", y se permite juzgarlo como si estuviera fuera de este mundo corrupto y desde arriba estuviera mirándolo.
Su granito de arena es limpiarlo recurriendo al juicio que en otrora utilizara Louis Leroy sobre la obra de Claude Monet o Edward Carson sobre la obra de Oscar Wilde pues tal y como decía Nietzsche "En todas las épocas se ha querido mejorar a los hombres y a esto se le ha llamado por antonomasia Moral" pero esta vez, se trata de mejorar el are contemporáneo y ¿cómo? exorcizándolo. Sin embargo, la decisión pasó por alto el buen consejo que Cencio Savelli le dio a los exorcistas sobre la prudencia que debían tener antes de iniciar el ritual advirtiéndoles que "en esto de endemoniados hay mucho engaño".
Tercera parte, exposiciones sobre el abuso.
Valdría la pena revisar la interpretación que el llamado moral hace sobre el proceso que ha elevado el Gabinete de Curiosidades (la preconfiguración del Museo) a una dimensión ética que, como polvo cósmico y con ayuda de la gravedad, ha promovido la fetichización del Otro bajo la noción de conciencia social.
La pregunta es si la idea del abuso incluye también los rituales catárticos alrededor de una víctima que además de su propio abatimiento tiene que aguantar convertirse, tanto él como todo aquello que se le identifique, en un producto de consumo cultural.
En otras palabras y a la manera de tragedia griega, el Otro se consagra como el uno que representa el suplicio y que produce en los espectadores sentimientos de compasión para que, como decía René Girard, "los espectadores vuelvan apaciblemente a su casa para dormir en ella el sueño de los justos" después de haber visto, por ejemplo, plantas hechas con camisas de muertos, cosidas por sus esposas, elevadas a un discurso ético y como si fuera poco, sometidas al mercado del arte (
Para finalizar, Grimorium verum, Exorcizandis obsessis a demonio. Fernando Botero, que constantemente arremete contra el arte contemporáneo, ha decidido que es tiempo de recurrir a la magia. Ha pagado para el restablecimiento de los valores del arte según su propia escala moral y lo ha encontrado hecho a su medida: "Fuera ese demonio de arte inmoral… yo le ordeno desalojar este lugar… fuera esos demonios de arte perverso… fuera ese demonio del arte contemporáneo, ¡fuera, fuera, fuera!"
Proyecto Iconográfico Bolivariano
Desde el punto de vista político, social y económico se ha mantenido toda la discusión sobre el presidente venezolano Hugo Chávez pero esta vez la perspectiva se refiere a la noción estética de si mismo y por extensión de su proyecto de nación
Por Francesca Bellini Joseph
Podemos asegurar que de lo que más hemos tenido este año 2008 ha sido de Chávez. Como si se tratara de un mal presagio despedimos un año y saludamos uno nuevo con él; Suena a eternidad dedicar el 2007 y 2008 al partido "pie izquierdo" que promueve a como de lugar una saturación mediática de un presidente que nos tiene a todos absortos con sus discursos que merecen más una risa burlona y una alzada de ceja.
Cada vez que se presenta a un medio de comunicación, que es más que constantemente, lo que maneja Chávez es una imagen misional que corresponde a una estructura político-religiosa cada vez más previsible; lo de Chávez es más bien la vivificación de una estampilla religiosa popular de iglesia rural. Su política de imagen esta bastante atenta a la simulación de la iconografía religiosa como también sus discursos que suenan más a homilía: "Yo soy uno de los que cree que si por la verdad murió Cristo y si por la verdad tiene que morir uno más, pues aquí estoy a la orden".
Como parte de su Ley Orgánica de Cultura que dice que ésta "… puede y debe ser un medio fundamental en la puesta en marcha del proyecto de país contenido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela", Chávez manifiesta sus deseos de construir un foco místico desde donde aleccionar sirviéndose de unas fórmulas estéticas que funcionan tanto para la creación de su imagen a lo misionero-gobernante como para el reflejo de su noción cultural nacional.
Ya en el 2001 habíamos tenido noticias de la destitución de Sofía Imber, fundadora y directora de lo que hasta el gobierno de Chávez había sido el Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber MACSI y que en solo una noche los discípulos chavistas borraron su nombre con pintura tachando también la labor emprendida desde el año 73.
Contradiciendo lo que supone ser el Proyecto Cultural Bolivariano, que en el artículo ocho de la ley que antes mencioné dice "…se prohíbe la censura sobre la forma y contenido ideológico de la obra cultural…", los libros que bajo su dirección se habían editado fueron quemados tal como durante el régimen Nazi fueren destruidos tantos o como los otros bajo el Imperio del pirómano Qin Shi Huang en el año 212 AC.
Como decía Heinrich Heine "Dort, wo man Bücher verbrennt, verbrennt man am Ende auch Menschen (Ahí donde se queman libros se acaban quemando también seres humanos)" el gobierno de Chávez se ha propuesto reemplazar los desarrollos culturales y artísticos que sucedían en Venezuela por un proyecto que comience con él y que corresponda a su idea salvífica que parece ser el cimiento del proyecto bolivariano; quien no muestre complacencia corre la misma suerte de los opositores que históricamente no fueron considerados como tal sino como enemigos.
De la Venezuela anterior al régimen de Chávez recordamos su intensa actividad artística, los movimientos que ahí se promovieron como el Cinestimo, que en la escuela venezolana tuvo fuertes desarrollos, y los buenos artistas que en ese país se han formado como los maestros Jesús Rafael Soto y Carlos Cruz-Diez. Venezuela ha mantenido la feria de arte más longeva de Latinoamérica, FIA, reflejo de la tradición que los venezolanos tienen en términos de coleccionismo de arte, pues recordemos también que venezolana es la Colección Cisneros.
Lastimosamente los espacios dedicados al arte como los Museos de Arte Moderno y Contemporáneo son ahora escenarios costumbristas que se dedican a la exaltación del folclore y el arte "nacionalista". El éxodo de artistas de Venezuela es brutal, el perfil que están asumiendo las galerías y los coleccionistas es muy bajo intentando mantenerse a salvo en un medio hostil a las artes.
El proyecto bolivariano, en cuanto a arte se refiere, ha tenido más bien una función destructiva contra una tradición que se había promovido por décadas y que ahora ha quedado velada, reducida y reemplazada por una noción estética que para hacernos una idea, tiene más correspondencias con lo que en Colombia sucedía en los treinta cuando un grupo de artistas, entre los que se cuentan Luis Alberto Acuña, Gonzalo Ariza y Pedro Nel Gómez, se proponían un arte localista interesado fuertemente en paisajes, bodegones, escenas costumbristas, aborígenes y toda suerte de temáticas tradicionales.
Marta Traba sin ninguna piedad e incluso un poco drástica en sus apreciaciones respecto estos pintores, los juzgó y criticó, y aunque la posibilidad de no haberse resistido tan radicalmente a incluirlos como parte del desarrollo plástico en la historia colombiana puede merecer una discusión, los argumentos tan determinantes de Traba crearon las condiciones para que las propuestas plásticas en Colombia se engranaran con los desarrollos artísticos modernos que globalmente estaban sucediendo. En este país, el arte moderno fue la ruptura con esa tradición localista.
Las condiciones que Chávez esta promoviendo a nivel social son precisamente un ámbito donde no hay mucho que esperar de las artes; el destiempo del presidente Chávez aparentemente hace parte de su construcción de nación, una que se alza con el grito del patriotismo que es, como decía Oscar Wilde, la virtud de los depravados. El patriotismo es un ánimo mimético, un culto al Estado promovido por el gobernante para el vulgo erigido a partir de justificaciones superfluas… pero sobre todo el patriotismo es una estrategia publicitaria para la consecución de los intereses del gobierno chavista y como tal promueve una apariencia estética, un plan artístico y cultural, en este caso sirviéndose de la exaltación de lo que su política define como "nuestra Venezuela multiétnica y pluricultural".
Le ha obedecido Chávez a Maquiavelo cuando éste decía que "...es central saber disfrazar bien las cosas y ser maestro en el fingimiento...", y su figura parenética se consolida como el paradigma del nuevo arte venezolano, uno que él encarna y que es solo una pata de su Sacro política.
No es que Chávez sea un Iconoclasta, aunque con borrador en mano este alternado la tradición venezolana desde la perspectiva artística, por el contrario el icono religioso lo encarna él y en ese sentido, su capacidad para crear imágenes es tan productiva como fascinante porque maneja la gestualidad indicada y un simbolismo acertado como parte de su política de imagen.
Así como en la Edad Media las imágenes sagradas servían como proyecto educativo de la Iglesia para adoctrinar a una comunidad ignorante y analfabeta, es decir operaban como medio de dominación, Chávez parece estar consciente del poder de la imagen y sobre todo de una que se identifique con el sistema de creencias populares. A Chávez no le interesa tanto mostrarse como un gobernante sino como un Salvador y en ese sentido sus simpatizantes parecen más prosélitos que otra cosa. Su lenguaje y palabras son tan coloquiales que rayan en lo burdo y sus intervenciones corresponden a una estructura mesiánica calculada con una fórmula que contiene atributos simbólicos y afectivos que le sirven para construir su relato de nación: "El reino de amor y paz de Cristo es el reino del socialismo, ¡el reino del futuro venezolano!"
El presidente tiene una noción iconográfica de si mismo y por extensión del reino que propone construir. Personificando atributos de la tradición cristiana, Chávez recurre a una puesta de imagen muy predecible, las brazos extendidos y manos levantadas como si estuvieran a la expectativa de recibir una entrega de orden espiritual y material acompañándolo de una alocución como "Ojala que un rayo de buen juicio les llegue a los que están tomando decisiones"; el gesto de la oración, las manos unidas que según las filosofías orientales es el contacto directo con dios, dice "Ayer estuvo el diablo aquí, en este mismo lugar. ¡Huele a azufre todavía esta mesa donde me ha tocado hablar!"
Su puesta en escena es fascinante hay que reconocerlo porque además la completa el resto del reparto que juegan el rol de los elementos de toda estampilla religiosa, el bastón, el haz de luz, el corazón, el dragón, la espada, etc. Si cada icono religioso tiene un contenido tan pesado que normalmente no es dimensionado (como por ejemplo los soldados romanos canonizados y representados como máximas santidades u otros símbolos como la cruz de Cantabria que era la identificación de una orden de monjes militantes), entonces ¿no valdría la pena pensar en los subtextos de la representación iconográfica de Chávez? ¿No es sumamente interesante, una vez reconocemos su militancia mesiánica, prestarle atención a su imagen y reflexionarla desde la perspectiva estética?
Reconoceríamos entonces que esa construcción legitima tanto el verbo como la acción que acompañan la imagen, es decir que la misión salvífica se sobredimensiona y el proyecto de nación se dignifica y "suprasensibiliza", por lo tanto el monumento del Che Guevara erigido en la Montaña del Pico del Águila en la ciudad de Mérida volverá a levantarse cuantas veces quiera el pueblo destruirlo y será cada vez más fuerte y difícil de tumbar (como dijo el Ministro de Cultura Farruco Sesto), porque será digno de una patria semiceleste.
La estrategia de Chávez es cada vez más fácil de detectar porque las fuentes ideológicas a las que recurre; aparentemente no quiso o no supo interpretar a Bolívar cuando dijo ""Jesucristo, Don Quijote y Yo hemos sido los tres grandes majaderos de la historia porque hemos arado en el mar y edificado en el viento y nuestras ideas no han sido comprendidas por la humanidad" pero si vio en Marx una idea reveladora para su política de imagen "la religión es el opio del pueblo".